La marca, nace después de que una idea de negocio sale a la luz y necesita esa cara visible para identificarse como un ser existente en el mundo. Todas las empresas grandes, pequeñas y/o emprendimientos tienen un nombre al que se desarrolla como marca bien sea de manera sencilla con un logo, icono o simplemente con un conjunto de características visuales y de comunicación que lo ayudan a ser reconocido como un todo, compuesto por varios elementos como, colores, tipos de letra, formas de uso, complementos o acompañantes, y todo lo que puede hacer que sea identificado entre muchas marcas con las que a diario tenemos contacto.
Una marca con alma va más allá de estos elementos mencionados, aunque ellos conforman todo un código y una estructura muchas veces conectan solo desde lo evidente lo que se puede simplemente ver, pero no complementan el todo mostrándose desde adentro y conectando con sus audiencias de manera más personal.
Para tener una marca con alma, hace falta más que una cara bonita, hay que tener un ser bonito que complemente la estética y esto incluye, lo que dice la marca, de lo que habla, las acciones que tiene, como se expresa en toda su comunicación para cliente interno y externo y como representa sus valores.
Con lo anterior no digo que la marca tiene que estar relacionada exclusivamente con temas naturales, orgánicos o espirituales; sino que debe ser coherente en todas sus acciones; sin embargo una marca con alma, sí debe tener un propósito que le aporte de manera significativa a la vida de las personas, desde un producto o servicio. La marca con alma nace no solo para ganar dinero, la marca con alma permite solucionar, ayudar y satisfacer lo que las personas están buscando.
Si una marca muestra un lado suyo que no es autentico, o se ve muy bien en redes, pero en realidad no ofrece un intercambio significado a sus usuarios o a sus colaboradores, tarde o temprano se descubre que solo es una marca linda, no autentica.
Cuando una marca nace sin alma, no es tarde para encaminarla a lo real, hacer un lifting, una renovación de su estética, pero necesariamente deberá cambiar también desde adentro de la organización para que tenga coherencia en lo que se muestra y lo que hace.
Los valores que representa una marca en la vida de las personas, siempre se pueden cambiar, se pueden abrir nuevos canales, dejar algunos servicios que ya no llenan los bolsillos y tampoco la vida de las personas, que no generan empatía con los públicos, e ir, por llamarlo de algún modo sacrificando lo que ya no va bien con nuestra marca e implementando cosas nuevas que puedan funcionar mucho mejor y enganchar desde la esencia.
Puede ser que el cambio sea total, o sea empezar de nuevo, abrir una nueva unidad de negocio, una sublínea, o una segunda marca que se aleje de lo que ya no resuena o lo que no quiere representar.
Una marca con alma es una marca con poder, es la que busca conexiones sinceras y honestas con sus públicos, relaciones profundas con sus colaboradores siendo coherentes con sus principios y consigo misma.
El alma se siente de una manera intangible, pero se siente, y genera mayor o menor felicidad, mayor o menor empatía, mayor o menor orgullo, mayor o menor satisfacción.
Siente tu marca, mírala con honestidad y pregúntate, como se siente, que representa, que transmite y si está dando todo su potencial, si está transmitiendo los valores actuales con los que quiero que sea representada o simplemente está existiendo por miedo al cambio.
Atrévete, el 2023 es un año perfecto para encontrar el equilibrio y renovar una marca, este año cargado de una energía increíble permite que todo no solo a nivel de humanidad sino de toda la vida en la tierra en general tome un rumbo más orgánico, real y honesto y tu marca o empresa no son la excepción.
Espero que resuenes con esta información.
*Recuerda usar tu poder de transformar *
